Ética y Buenas Prácticas

Declaración de ética de publicación y BUENAS prácticas editoriales

La Declaración de Ética y Buenas Prácticas de Publicación de Refas se basa, en esencia, en los lineamientos y estándares desarrollados por la ANPAD (Asociación Nacional de Estudios de Posgrado e Investigación en Administración), de conformidad con las siguientes responsabilidades:

Buenas prácticas de publicación científica

  1. Las Buenas Prácticas implican emplear un sistema de gestión electrónica del proceso editorial, que asegure su estandarización, uniformidad, agilidad, transparencia y trazabilidad.
  2. Las Buenas Prácticas Editoriales implican también rapidez en el proceso editorial. En esta línea, los actores principales de este proceso –editores, revisores y autores– deben tomar acciones para cumplir con los siguientes plazos máximos en relación con la fecha de envío:
    1. Hasta 30 días para comunicar a los autores el resultado de la revisión documental , que define si el manuscrito pasará por el proceso de revisión de la revista.
    2. Hasta 120 días, para remitir la primera opinión de cada uno de los revisores a los autores, en el caso de manuscritos que hayan sido aceptados mediante revisión documental .
  3. Acceso online a todos los contenidos publicados, sin restricciones y libre de cualquier carga para el lector, preferentemente bajo licencia Creative Commons en modalidad de atribución, uso no comercial y uso compartido bajo la misma licencia.
  4. Inclusión, al pie de todas las páginas, del título bibliográfico resumido (nombre de la revista, volumen, paginación del artículo) y el logotipo de la licencia Creative Commons correspondiente, si se adopta; y, en la parte superior de las páginas, alternativamente, los nombres de los autores y el título de la obra.
  5. Proceso editorial compartido entre investigadores y profesores pertenecientes a diferentes instituciones, con el fin de evitar la revista privativa, es decir, producida en su mayoría o por personas vinculadas a una institución específica.
  6. Los artículos escritos por el editor científico o editor general, también llamado editor en este documento, y editores asociados no deben publicarse, incluso si esta autoría se comparte con otros autores.
  7. No deberá publicarse más de un artículo de un autor en un mismo año, independientemente de su posición en la autoría del texto.
  8. En el caso de publicación de un artículo escrito por directores de las instituciones que mantienen el periódico o por cualquiera de los miembros del Comité de Política Editorial o del Consejo Editorial Científico, deberá especificarse claramente, en la pieza editorial que presente el número respectivo. del periódico, cómo la evaluación del manuscrito, destacando la independencia e imparcialidad del proceso respectivo.
  9. Cada año, la fracción de artículos provenientes de una determinada institución (es decir, con al menos un autor, profesor o estudiante, vinculado a ella) no debe exceder el 20% del total de artículos publicados.
  10. Definición clara de los requisitos y procesos de selección y los roles/responsabilidades del editor general y editores asociados (si los hubiere), de los miembros del Comité de Política Editorial y del Consejo Editorial Científico.

 

Buenas prácticas del editor

  1. El editor es responsable de todo lo publicado en su periódico. Al decidir que probablemente aprobará la publicación de un manuscrito, deberá examinarlo en su totalidad, y se recomienda sugerir y negociar con los autores las modificaciones que considere necesarias, en beneficio de la claridad en la comunicación de ideas y conocimientos científicos. rigor, pero debe hacerlo sin interferir con el estilo de los autores. La responsabilidad del editor no puede, sin embargo, cubrir consecuencias no deseadas o imprevistas que puedan surgir del uso o aplicación de la información transmitida en la publicación. Una revista científica publica resultados de investigación cuya prueba es satisfactoria en todos los aspectos para la continuación de la investigación a nivel académico, pero no suficiente para un uso completamente seguro y predecible en ningún otro contexto. Las consecuencias de dicho uso son responsabilidad exclusiva de quien lo haga, lo cual deberá ser informado explícitamente a los lectores.
  2. El editor debe esforzarse por mejorar constantemente la revista, buscando satisfacer las necesidades de todos los actores involucrados en el proceso de publicación, pero debe dedicar atención prioritaria a los lectores de la revista, principales beneficiarios y clientes preferentes.
  3. También corresponde al editor promover la velocidad de la divulgación científica. Cuando el periódico tiene un stock igual o superior a dos números listos para su publicación, seguramente ha llegado el momento de aumentar el número de artículos por número y/o el número de números anuales.
  4. El editor debe publicar directrices para los autores sobre todo lo que se espera de ellos. Estas directrices deben actualizarse siempre que sea necesario.
  5. Al recibir un manuscrito, el editor debe concertar una revisión documental , que podrá ser realizada directamente por él o solicitada a un miembro del Consejo Editorial Científico, asegurándose de que el manuscrito cumpla con los requisitos básicos para ser aceptado en el proceso editorial ( relevancia científica, corrección del lenguaje, buena presentación general y cumplimiento de las normas y políticas editoriales). Si no cumple alguno de estos requisitos, el original deberá ser rechazado inmediatamente, con cortesía, pero con suficiente firmeza. En rigor, cuando se trata de un manuscrito obviamente elaborado con poca dedicación, el editor se vuelve corresponsable con los autores en la actitud cuestionable de transferir la responsabilidad de estos últimos a los revisores. Para ayudarle en el proceso, el editor jefe podrá recurrir a sus editores asociados o miembros del Consejo de Política Editorial.
  6. Otro requisito que justifica el rechazo inmediato de un original, y que también debe observarse en la revisión de admisión, es la falta de originalidad de la obra. Además de consultar libros y otras revistas, el editor debe comprobar los casos de reenvío a su propia revista. Hay informes de trabajos idénticos presentados más de una vez a la misma revista, siendo una vez rechazados, una vez aceptados para publicación, y teniendo como justificación aspectos de calidad en ambos casos.
  7. Las directrices para el proceso de revisión por pares (incluidas orientaciones sobre lo que se espera de los revisores) deben publicarse y actualizarse según sea necesario. Si se producen desviaciones significativas de estas directrices, el editor debe estar preparado para justificarlas.
  8. Por razones éticas, los revisores no pueden pertenecer a la misma institución que cualquiera de los autores del manuscrito ni ser sus coautores habituales. Asimismo, no es ético inducir la aceptación (o el rechazo) de un trabajo enviando artículos a revisores cuyo rigor se sabe que está por debajo (o por encima) del promedio, o cuyos paradigmas científicos están de acuerdo (o en desacuerdo) con los seguidos por los autores. .
  9. El editor coordina la evaluación del envío por parte de los revisores, aunque puede delegar esta coordinación en un editor asociado o incluso en un miembro del Consejo Editorial Científico. Sin embargo, la decisión final sobre la publicación del trabajo será siempre de él, el editor, y deberá basarse en la importancia, originalidad, claridad y relevancia del artículo para el área de actividad de la revista. Tal decisión puede contradecir las recomendaciones de los revisores, siempre y cuando el editor no esté convencido de las justificaciones que presentaron o observe serias limitaciones científicas en el artículo. Es decir, el editor no es rehén de las opiniones y opiniones que le llegan, pero, si tiene que contradecirlas, debe actuar con ética y discernimiento muy claro. En este caso, el editor debe contactar a los revisores y presentarles los motivos de sus desacuerdos. De esta forma, el editor preservaría una buena relación con los revisores, valorando su trabajo, en lugar de posicionarse como un juez inalcanzable.
  10. El editor también debe velar por que se cumplan los plazos para emitir opiniones. Un curso de acción alternativo es sugerir una fecha límite y solicitar un acuerdo explícito o una contrapropuesta del revisor. Esto rompe la sensación de que se le está imponiendo al evaluador un plazo (para lo que, al fin y al cabo, es una tarea voluntaria) y, al participar en la definición, aumenta su compromiso y responsabilidad para cumplirlo.
  11. El editor debe asegurarse de que las opiniones analicen:
    1. La originalidad del trabajo, es decir, si el manuscrito verdaderamente presenta un aporte al área del conocimiento, o si se trata meramente de una reedición de ideas y conceptos;
    2. La solidez de la base de la investigación;
    3. En el caso de artículos empíricos, también el rigor de las condiciones en las que se realizó. También es fundamental que los dictámenes contengan sugerencias que puedan mejorar el trabajo y una posición clara y fundamentada sobre si debe publicarse o no. Si no cumplen con estos requisitos deberán ser descartados, siendo necesario consultar a otro revisor.
  12. El editor deberá mediar en la relación entre revisores y autores, verificando la pertinencia de los cambios solicitados por los primeros y, en su caso, aceptando los argumentos de los segundos para no aceptarlos. En ocasiones los revisores solicitan modificaciones exageradas del estudio original, que pueden incluso distorsionarlo, o proponen cambios contrarios a las pautas de envío o a la política editorial. Sería natural, entonces, que el autor discutiera sobre la idoneidad de los cambios solicitados, pero puede sentirse incómodo al hacerlo. Corresponde al editor promover el diálogo científico constructivo, inhibiendo la respuesta resignada y acrítica a solicitudes de dudosa validez.
  13. A menos que se identifiquen problemas muy serios en el manuscrito, el editor no debe revertir la decisión de aceptarlo, ni tampoco un nuevo editor debe hacerlo, respecto de una decisión del editor anterior.
  14. Siguiendo el mismo criterio utilizado para otros materiales, se debe dar una oportunidad especial de publicación a los artículos o comentarios que cuestionen o critiquen trabajos previamente publicados en la revista. Sólo razones muy sólidas y convincentes, que deben quedar claras para los autores de la revisión, pueden justificar no hacerlo. Los autores del material criticado deben tener la oportunidad de responder. Preferiblemente, la crítica y la respuesta deben publicarse simultáneamente.
  15. El editor debe tener una certeza razonable de que el material de investigación que publica cumple con las normas éticas aceptadas internacionalmente. Por lo tanto, se debe solicitar garantías de que toda investigación que involucre temas sensibles (salud, condiciones de los niños, entre otras posibilidades) haya sido aprobada por un organismo apropiado (por ejemplo, Comité de Ética en Investigación, Junta de Revisión Institucional). Sin embargo, puede reconocer que dicha aprobación no garantiza que la investigación siga efectivamente principios éticos.
  16. El editor debe proteger la confidencialidad de la información individual (por ejemplo, obtenida en la relación consultor-empresario) y comercial. Por lo tanto, casi siempre es necesario que los autores proporcionen el consentimiento por escrito de los involucrados.
  17. El editor debe tomar todas las medidas razonables para garantizar la calidad del material que publica y nunca permitir que intereses individuales y de instituciones patrocinadoras de la revista comprometan los respectivos estándares académicos.
  18. Deben existir procedimientos que garanticen la confidencialidad e integridad de todos los materiales enviados a la revista, especialmente durante la etapa de revisión.
  19. El editor debe estar dispuesto a publicar correcciones, aclaraciones, retractaciones y disculpas cuando sea necesario.
  20. El editor tiene el deber de actuar si sospecha de una mala conducta. Esta obligación se extiende a los autores y revisores.
  21. Si, después de una investigación adecuada, se identifica que un artículo es fraudulento, debe retirarse. La eliminación debe ser claramente identificable para los lectores y los sistemas de indexación. Siempre que el editor reconozca que se ha publicado material inexacto, engañoso o distorsionado, debe corregir el problema de manera inmediata y destacada.
  22. Los editores deben contar con sistemas de gestión de conflictos de intereses para los diferentes actores involucrados en el proceso editorial: colaboradores administrativos; autores; revisores; miembros del Comité de Política Editorial y del Consejo Editorial Científico; editores asociados; y los suyos propios.
  23. El editor debe dejar claro y disponible públicamente, en las páginas y/o sitio web de la revista, un mecanismo de envío de quejas, a través del cual las partes insatisfechas puedan expresarse; y cualquier queja puede ser atendida con prontitud.

Buenas Prácticas del Comité de Política Editorial

El Comité de Política Editorial está formado por el Editor y miembros que representen adecuada y democráticamente los intereses:

  1. Desde el área del conocimiento;
  2. De las instituciones que velan por la credibilidad científica de la revista;
  3. Los que legalmente lo sustentan.

Este Comité aborda los temas de política editorial de la revista y actúa en forma grupal (se reúne, presencial o no), tomando decisiones de manera colectiva y, eventualmente, votando los asuntos; no se involucra con el contenido de ningún número o artículo en particular, sino con la colección en su conjunto, estableciendo las pautas generales que la orientan.

Buenas prácticas para revisores de artículos.

  1. El revisor no debe aceptar la tarea de evaluar un manuscrito si no se siente calificado profesionalmente en el tema respectivo.
  2. Si el proceso de revisión es doble ciego, el revisor deberá informar al editor si conoce la identidad del autor. En cuanto a los editores asociados y miembros del Consejo Editorial Científico, si bien no se les informa explícitamente quiénes son los autores, eventualmente podrían reconocerlos por el estilo o contenido del propio artículo; pero dicha identificación no sería impedimento para continuar con el proceso de revisión documental y designar potenciales revisores.
  3. Cada revista establece una fecha límite para que los revisores regresen y estos deben comprometerse explícitamente a cumplirla o negociar cambios. Cumplir con la fecha de regreso acordada es una cuestión de ética, respeto y responsabilidad del rol revisor.
  4. El revisor debe leer atentamente la política editorial de la revista y las instrucciones a los revisores. Los editores pueden tener pautas que usted no conoce o con las que el revisor no está totalmente de acuerdo, y existe el riesgo de que el revisor solicite cambios que sean incompatibles con lo que recomienda la revista.
  5. Para obtener una primera percepción general del artículo, se recomienda al revisor su lectura en profundidad en una sola sesión. Eventualmente puedes marcar o anotar algunos puntos de esta lectura, pero la propuesta es comprender el conjunto, no centrarte en aspectos específicos. También se recomienda retomar el trabajo tres o cuatro días después, revisando detenidamente el texto y simultáneamente preparando el dictamen.
  6. El revisor debe ser consciente del hecho de que las diferencias de paradigma pueden influir en su decisión sobre la calidad del manuscrito y evitar conscientemente que esto ocurra.
  7. El revisor deberá señalar los defectos subsanables y necesariamente indicar qué se puede hacer para remediarlos. Un buen revisor, sin embargo, permitirá a los autores la flexibilidad que les permita continuar escribiendo el artículo que desean escribir. El revisor siempre debe evaluar el costo-beneficio de cada cambio solicitado en términos de mejora efectiva en la calidad del manuscrito.
  8. Siempre que sea científicamente pertinente, se deben sugerir a los autores referencias relevantes para el manuscrito y/o su reformulación.
  9. El revisor debe hacer todo lo posible por señalar todos los cambios que considere pertinentes en la primera revisión del manuscrito, a fin de evitar nuevas recomendaciones cada vez que regrese reformulado.
  10. Cuando reciba un manuscrito, reformulado por los autores con base en sus recomendaciones, las de otros revisores y los editores, preste atención a las recomendaciones de los demás revisores antes de emitir una nueva opinión.
  11. Si el manuscrito presenta defectos incorregibles, evaluar la posibilidad de señalarlos como limitaciones del artículo en el apartado correspondiente. Si esto no fuera factible, recomendar su rechazo, indicando el motivo que hace irremediables las fallas.
  12. A la hora de recomendar el rechazo de un manuscrito, el revisor debe señalar los motivos de forma muy objetiva y clara.

Buenas prácticas del autor

  1. Observe cuidadosamente la política editorial y una muestra de artículos publicados recientemente para seleccionar la revista a la que enviará su manuscrito. Una armonía en estos aspectos aumenta considerablemente la probabilidad de aceptación para el proceso editorial, mientras que la falta de ella puede llevar al rechazo durante la revisión documental .
  2. Sólo envíe manuscritos que estén gramaticalmente revisados y estrictamente de acuerdo con las reglas de formato, citas y referencias establecidas en las instrucciones de la revista a los autores. El incumplimiento de estos puntos supondrá el rechazo en la revisión de admisión.
  3. Presentar ideas claramente, incluido el uso apropiado de ilustraciones y referencias. Los trabajos deberán seguir el formato de la revista y, con carácter general, estarán compuestos por las siguientes partes:
    1. Introducción, que establece el propósito de la investigación (cuál es el tema del artículo, problematización y cuál es su objetivo) y aborda su relevancia;
    2. Referencial teórico;
    3. Metodología o métodos y técnicas;
    4. Resultados y Discusión;
    5. Consideraciones y recomendaciones finales;
    6. Referencias cuidadosamente revisadas según los estándares de la revista.
  4. Es una infracción ética grave enviar el mismo manuscrito a más de una revista o enviarlo a una nueva revista sin retirarlo formalmente de otra revista en la que se esté evaluando el texto.
  5. Enviar artículos que tengan una superposición considerable sólo será apropiado si los textos están destinados a públicos diferentes (por ejemplo, profesional y académico), pero será inaceptable (comportamiento ético inapropiado) si los públicos son los mismos.
  6. Siguiendo esta línea, sólo es posible generar varios manuscritos a partir del mismo conjunto de datos si:
    1. No es posible agotar la información contenida en los datos en un solo artículo integrativo, que sea claro y significativo;
    2. Los distintos artículos tienen diferentes propósitos.
  7. Es abusivo e inaceptable, desde el punto de vista ético, presentar un manuscrito con limitaciones conocidas por los autores, que perfectamente podrían ser corregidas por ellos, con la expectativa de que será aceptado a pesar de dichas limitaciones o con el fin de transferirlo. a editores y revisores la función de mejorarlo (quizás “ellos” no lo detecten todo, y tendré que trabajar menos o dejaré algunos puntos inapropiados para que los revisores señalen, quizás “ellos”, por lo tanto, no No noto los errores más graves). Igual de grave es aprovechar las recomendaciones de una buena reseña de una revista, realizar las mejoras solicitadas y luego enviar el manuscrito a otra revista que consideres más cualificada.
  8. Hacer referencia debida a cualquier réplica de los métodos de otros investigadores y a todas las afirmaciones que no estén respaldadas por la investigación descrita en el artículo. Sin embargo, siempre respeta que lo que se debe referenciar son ideas y argumentos, y no frases descontextualizadas, de los autores citados. Considere también que un artículo debe contar con el aporte de quien lo escribe, y no puede, por lo tanto, presentar referencias en un número comparable al de párrafos.
  9. Es una grave violación ética citar obras de cuestionable relevancia, con el objetivo de aumentar su impacto. Por otro lado, es igualmente una conducta ética inadecuada no hacerlo por antipatía o prejuicio de cualquier tipo.
  10. Es necesario saber que todos los autores referenciados son candidatos para evaluar su manuscrito.
  11. Recuerde que ingresar al proceso de revisión no implica la aceptación para su publicación.
  12. También es necesario ser consciente de que un manuscrito siempre puede mejorarse con ojos externos. Es bastante común, al conocer un comentario o recomendación de opinión, que al autor le cueste entender por qué el evaluador destacó o comentó cierto pasaje o construcción. Para él, el autor, todo es perfecto: como conoce muy bien la investigación, su mente cubre los huecos y elimina las imperfecciones del texto. La recomendación entonces es no desestimar nunca a la ligera las consideraciones de un evaluador: puede que en ese momento no haya captado exactamente el espíritu de la cosa, pero sintió algo extraño allí. Es casi seguro que es necesaria una revisión.
  13. Aprenda, por tanto, a absorber los comentarios derivados del proceso de revisión y haga todo lo posible por comprender e incorporar tantos como sea posible. Sin embargo, si después de todo su esfuerzo algunos comentarios resultan justificadamente inapropiados, no los incorpore: prepare una nota cortés para el revisor, explicando sus razones para no cumplir con la solicitud. En general, siempre se debe enviar un mensaje a la revista explicando cómo se aprovechó cada punto planteado por los revisores para mejorar el manuscrito.
  14. Aprende a aceptar el rechazo y analiza los motivos del mismo. Considere si se podría crear un documento nuevo a partir del rechazado o si se podría publicar una versión revisada del documento en otra revista. No es una buena idea simplemente enviar el mismo manuscrito a otra revista. Entre otras cosas, es posible que se le solicite al mismo revisor que evalúe su manuscrito.
  15. Mantenerse motivado. La motivación y la fe en su propio trabajo son elementos importantes para determinar la aceptación de sus manuscritos.
  16. Trabajar en red con otros investigadores, ya que el proceso de colaboración, además de promover la motivación y la productividad, ofrece multiplicidad de miradas, identificando y superando limitaciones y mejorando ideas y argumentos. Sin embargo, para evitar incurrir en faltas éticas, incluya únicamente como coautores a aquellos que hayan contribuido de manera efectiva y significativa a la investigación. El reconocimiento formal, en el texto, es una alternativa saludable (Buenas Prácticas) para una participación relevante, pero menor, en la preparación del manuscrito.
  17. Esté siempre involucrado con más de un manuscrito, ya que generalmente hay un desfase entre el envío y la publicación en las revistas.
  18. Evite enviar demasiados artículos por año a la misma publicación.
  19. Espere ser contratado como revisor por la revista que publicó su manuscrito, especialmente si ha sido bien evaluado. Los editores siempre consideran a los autores de los artículos que publican como revisores potenciales, especialmente si los consideran perspicaces y capaces de responder en un corto período de tiempo. Si actúas como revisor, hazlo con dedicación, prontitud y máxima seriedad científica. Contribuir a la mejora del manuscrito como si fuera suyo, con la ambición de que, tras su publicación, los autores puedan estar justamente orgullosos de él, y que tenga un impacto significativo en el área de conocimiento.

Referencia

ANPAD. Buenas prácticas en publicación científica: un manual para autores, revisores, editores y miembros de consejos editoriales. Disponible en: https://arquivo.anpad.org.br/diversos/boas_praticas.pdf.

REFAS. Ética y buenas prácticas. Disponible en: https://www.revistrabalhos.com.br/RevFATECZS/Etica.